La competitividad nos está volviendo idiotas, o ¿cuántos amigos tienes en Facebook? ¡Yo más!
Me ha salido un título un poco largo, pero ¿cómo acortar la realidad? Ya sabemos que la vida es una dura competición desde el mismo momento en que asomas la cabeza a este nuevo mundo y te encuentras, en el mejor de los casos, con unas asépticas batas verdes, una señora congestionada a punto de reventar y a lo mejor, o a lo peor, un señor con una cara totalmente lívida, armado de una cámara de vídeo o de un teléfono móvil, empeñado en inmortalizar tu primer berrido, después de un buen azote en el culo. ¡Bien empezamos! En la vida se compite por todo, y no es malo; te hace intentar superarte y crecer. La competitividad “sana” ayuda, pero no es de ese tipo de competitividad del que quiero hablar, si no…