¡Viva la generación sin título universitario!
Pertenezco a esa clase de generación en la que lo normal era acabar los estudios y ponerte a trabajar. Las carreras estaban destinadas a las personas con mucha vocación o con unos padres con mucha vocación de que sus pipiolos fueran “algo más” el día de mañana. En mi época de juventud no había los cientos de carreras que hay hoy en día y, tal vez por ello, la gran mayoría de esos futuros universitarios tenían muy claro qué querían ser. Quizás por eso entonces, quien empezaba una carrera (a veces con un esfuerzo económico heroico por parte de su familia) la acababa. Antes jamás se escuchaba: “Mi hijo el año pasado empezó tal carrera pero a mitad de curso se dio cuenta que no le gustaba y la dejó,…