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Mira que si…

Siempre se ha dicho que una de las mejores tácticas en todo tipo de guerras es: «Divide y vencerás», o lo que es lo mismo, “Crea desconfianza y vencerás”. El grupo, la piña o el clan, pueden resultar peligrosos. Cuando la gente se une, cuando empiezan a cantar todos la misma canción, cuando levantan a la vez todos la misma mano hastiada… suponen un gran problema a quienes nos quiere dominar y manejar a su antojo.

¿Qué nos queda si empezamos a desconfiar los unos de los otros? Hay miles de ejemplos en la historia, de lo que es capaz de hacer el ser humano,cuando tiene miedo de sus semejantes, o cuando cree que el vecino de al lado puede, por protegerse así mismo o por ambición, denunciarle por algo real o imaginario.

Yo le tengo muchísimo respeto a la carretera, y reconozco que en los viajes que hago en coche (ajeno por supuesto, porque yo no tengo carnet de conducir, entre otras cosas por mi nulo sentido de la orientación, como bien saben los que me conocen) tengo que ir mentalizándome continuamente de que quien lo lleva, es un buen conductor, conduce tranquilo, no corre y lleva un buen automóvil. Pero, si no quiero tener un viaje de infarto, he de confiar en que los demás coches también van conducidos por personas responsables que saben lo que hacen.

Si viajo en avión, tren, metro, autobús o motocarro, tengo que confiar en quien está al volante o a los mandos. No puedo pensar: “Mira que si le da por no parar; mira que si va borracho y nos estrellamos; mira que si….”

Cuando voy por la calle, he de confiar en las personas que pasan por mi lado. Sería angustioso ir pensando….: “Mira que si ese que viene por ahí le da por sacar un arma….; mira que si alguien me da un empujón y me roba el bolso;  mira que si el chico que me viene de frente con el patín se cae, el patín sigue unos metros suelto y me rompe una pierna; mira que si…..”

Si voy paseando tranquilamente con mis perras y, de repente, veo a un perro de esos que deberían ir con bozal y obviamente, no lo lleva, he de confiar que el dueño lo tiene bien cogido de la correa.  No podría disfrutar del paseo si pensara: “Mira que si el dueño está despistado, el perro le da un estirón que se suelta y viene flechado hacia mis perros…; mira que si es de esos dueños que no les importa que sus perros muerdan a otros; mira que si…”

Reconozco que últimamente en los medios de transporte, me está empezando a entrar una especie de pánico racista. Después de todo lo visto estos últimos tiempos, de saber la poca importancia que tiene para una serie de dementes la vida los demás, y la suya propia, os mentiría si os dijera que cuando voy en el metro o en los ferrocarriles, no voy mirando las caras de los que tengo al lado y, sobretodo, cuando entra una persona con aspecto (para mí) sospechoso, estoy pendiente de sus movimientos.

He llegado a bajarme del tren cuatro estaciones antes de la mía, porque había un hombre con mirada extraña y alocada, que continuamente se tocaba la cintura de la cazadora. He llegado a tener taquicardias en el metro, observando a dos personas de tez morena y barba abundante, que estaban bastante separados uno de otro y, sin embargo, se hacían continuos gestos entre ellos.

Me encantaría tener el suficiente control y, posiblemente, sentido común, para ver que,  a aquel señor simplemente le apretaba el cinturón y se lo quería soltar un poco, y que aquellos otros dos hombres se conocían y a lo mejor estaban diciéndose: “¡Vaya calor que hace en este metro, a ver cuando llegamos a nuestra parada”

No hay que permitir que lo consigan. No podemos dejar que nos venza la desconfianza con los que nos rodean y convertirnos en presa fácil. ¡Lucho por ello!, pero a veces me doy cuenta que, cuando lo consigo, no es porque me venza el raciocinio, si no porque pienso: ¡Que sea lo que Dios quiera!

2 comentarios en “Mira que si…

  • Querida Alicia!!! Acabo de enterarme que compartimos la faceta del nulo sentido de la orientación. Si hasta me perdería en mi propio piso (y que es más bien pequeño…). Es verdad que juegan con nuestros miedos y que no estemos unidos los que no pensamos de la forma que nos dicen. El mejor remedio es la cultura, las artes, pasear por el bosque o la playa, conversar mucho…Recuerdo que hace poco, en el metro, oía como alguien comentaba que si los medios no publicaran las noticias de estas masacres igual los asesinos dejaban de matar porque lo que buscan es publicidad y que se hable de ellos, que les tengamos miedo…me pareció un buen punto de reflexión.

  • Yo tambien he pensado siempre lo mismo. Este tipo de alimañas viven de alimentar sus egos y deben estar encantados de verse cada dia como noticia y de ver como el mundo les teme. Y, por supuesto querido amigo, si la gente se agarrara mas a la cultura y a los simples placeres de la vida, otro gallo cantaria. Un beso grande y feliz domingo.

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