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Maià estaba enfadada… ¡Muy enfadada!

Hace días que la notaba rara. No triste o asustadiza….¡rara! Me miraba de una forma especial que me resultaba muy extraña y huía de mis achuchones y de mis besos de abuela (como dice mi hermana, cuando estampo una serie de veinte besos seguidos), así que esta mañana me he sentado en el sofá, y la he “invitado” a subirse en él y ponerse a mi lado. Claramente me estaba esquivando la mirada.

-Maià ¿qué te pasa?

Un medio bostezo ha sido  su despectiva respuesta.

-Maià cariño, ¿no estás bien

El verme preocupada se conoce que la ha hecho reaccionar.

Sí, estoy bien ¿por?

-Pues porque estás muy rara. No me haces ni caso y cuando quiero hacerte una caricia te marchas. ¿Estás enfadada conmigo?

¿Tendría motivo?

-Ohh que tú estás cabreada! Pero, no sé qué te he podido hacer. ¿No me digas que estás así por Nina?

¿Por esa grandullona? ¡No! A mí, como si no estuviera: está todo el día durmiendo…

-¡Pobrecilla!, ha sufrido mucho y ha tenido una vida muy difícil. Ahora está feliz con nosotras. Entonces, si no es por Nina, ¿me quieres decir qué te pasa para que estés tan rebotada conmigo?

Pues…… que no me has hecho ningún escrito. Has hecho publicaciones en tu blog para Capi, para Nina (ya ves, acaba de llegar), para todos tus perritos que ya no están y para el paixariño, ¡ah! y hasta para Merlín, que al fin y al cabo es de la tieta, no tuyo. Para todos, pero para mí… ¡ni uno!

-Pero, ¡por el amor de Dios Maià! si a ti te he dedicado dos libros.

No, la Maià de los libros es de mentirijillas, es de papel y yo soy de verdad.

Y por un momento me he quedado sin saber qué decirle porque, efectivamente, tenía razón. Ella está siempre ahí, en todas partes, medio volando por todos los escritos, pero ninguno está dedicado exclusivamente a ella.

-Maià ¿sabes cuantas páginas ocuparía describir todo lo que te quiero y lo que significas para mí?

¿Más de…….. cuarenta millones?

-Más, muchas más. Yo creo que se acabarían todos los árboles de la tierra y aun me faltaría papel. 

Desde aquel 2 de julio del 2005 que llegaste a casa, solo me has aportado alegría y ganas de vivir. Has compartido conmigo los momentos más tristes de mi vida, y los que me he liado la manta a la cabeza y he dado un giro a todo de 180 grados.

Te has convertido en mi compañerita de viaje. Llevamos casi 11 años juntas.

¿Tantos?

-¡Tan pocos! Me has ayudado, aun sin tú saberlo, a superar situaciones muy duras. Pensar que al llegar a casa te iba a encontrar a ti moviendo el rabito, y alegrándote de verme, me ha dado fuerzas para tirar adelante en muchas ocasiones en que, de buena gana, hubiera mandado todo a la porra. 

Me duermo con la sonrisa en los labios al notarte que estás conmigo en la cama. Te quedas a mi lado un rato, controlando que me duerma, y luego te bajas a tu cuna: a tu reino. Y por la mañana, me hace feliz verte aparecer desperezándote, estirando una a una las patitas mientras te digo: “Buon giorno per la matina” (no sé por qué siempre me despierto con esta frase). Tú me miras divertida y con mucho meneíto me vas precediendo a la cocina donde te espera tu primera galleta del día.

Eres tan especial. Tienes una personalidad tan increíble, que nunca sé por dónde me vas a salir. Yo creo que me tienes tomado el número.

Bueno, un poco el pelo, sí que te tomo a veces, ja,ja,ja.

-¡Ya, ya! pero te quiero con toda mi alma. Aunque muchas personas piensen que es una aberración lo que voy a decir ahora (otras seguro que sí lo entenderán), tú me has despertado el instinto maternal.

Cuando la gente te mira por la calle y dice “¡qué bonita”, siento un orgullo, supongo que comparable a la mamá que va con su bebé en el carrito y la gente, metiéndose casi dentro de él dicen: “¡qué rico!”. Y cuando alguien se le ocurre decir: “Está gorda ¿eh?” yo me tengo que contener para no volverme y decirle: “Gorda usted tía boba; mírese en el espejo si es que cabe”.

¡Hala, que bruta!

-Y muchas veces cuento cosas tuyas con el mismo entusiasmo que cualquier otra persona hablaría de su hija o de su nieto. Y, posiblemente, también me ponga pesada pensando que no hay nadie más gracioso y más inteligente que tú.

Estoy deseando llegar a casa para verte y para salir a pasear. Muchas personas me preguntan a veces: “Y en tu casa ¿no te sientes sola?” ¿Sola?, como me voy a sentir sola teniendo un ser que está pendiente de mi las veinticuatro horas del día.

Pero por otra parte, ese instinto también me ha confirmado que hubiera sido una madre terrible.

-¿Tú?, pero si me cuidas de maravilla y me das comida, y chuches

-Si Maià, pero tengo tanto, tantísimo miedo que te pase algo malo, que si hubiera tenido un hijo lo hubiera querido meter en una burbuja para que nada ni nadie le hubiera hecho daño, y lo hubiera acabado ahogando.

No te puedes ni imaginar la angustia con que me voy de casa cuando, al cerrar la puerta, a lo mejor te veo triste o pienso que no te encuentras bien. Las horas no pasan en el trabajo y daría media vida por poder tener unas enormes alas que me hicieran ir volando a la salida ,y llegar enseguida a casa y comprobar que estás bien, que estás ahí….
Y en mis libros no eres de papel, yo creo que eres el personaje más real de todos. Los escribí por ti y por Capi y quieras o no, ahora estás en centenares de casas y hay miles de personas ya que te quieren.

¡Vaya, vaya!, pues…. si me dieran un chuche en cada una…

-Acabarías siendo un enorme chuche con rabo, ja,ja,ja. 

Maià, no vuelvas a sentir celos de nadie porque en mi corazón hay sitio para mis humanos, y para Nina y Merlín, pero hay una parte muy, muy importante de la que solo tú tienes la llave. ¿Te ha quedado claro?

¡Guau!

6 comentarios en “Maià estaba enfadada… ¡Muy enfadada!

  • Muy bueno!!! Destilas, como siempre, sensibilidad y ternura. Hermoso relato, Maià forma ya parte de muchos hogares y, los que estamos ansiosos de saber más, hemos tenido un magnífico regalo en forma de adelanto de sus próximas aventuras (que deben estar aún en el mundo de los sueños y de tu prolífica imaginación).

    Feliz San Valentín Alicia, día del amor y de la amistad.

  • Maià te tiene loca, eres una mama, amiga, compañera impresionante.

    Nos tienes mal acostumbrados, cuando no escribas el fin de semana, será como cuando sigues una serie y se acaba, así que ya sabes, continúa que estoy ansiosa que llegue el fin de semana y leer tu próximo blog. Gracias.

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