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Los sin techo…. Mañana tú puedes ser uno de ellos

En estos días, en que el frío nos está encogiendo a todos el cuerpo y deseamos llegar a nuestra casa donde nos espera una cálida temperatura y una reconfortante sopa, quizás nos acordemos un poco más de unas personas que pasan desapercibidas por nuestro lado. Mejor dicho, nosotros pasamos por su lado, sin que les prestemos la más mínima  atención. Están ahí, como parte del mobiliario urbano. A veces son los mismos, a veces son otros pero, seríamos incapaces de describir ni tan siquiera su indumentaria.

Es muy reconfortante pensar que esas personas, que se tapan con cartones o intentan buscar abrigo dentro de un cajero automático o en la puerta de un garaje,  están así porque ellas quieren.

Cuántas veces calmamos nuestras hipócritas conciencias diciendo:

Ya tienen refugios donde ir, son ellos que prefieren  quedarse en la calle.

Claro, claro, queridos seres humanos que esta noche os taparéis con gruesas mantas o livianos nórdicos, os despertaréis a media noche, saldréis al lavabo y volveréis corriendo a refugiaros en el calor de vuestra cómoda vida.

 ¿Sabéis por que pasamos sin mirar a los sin-techo, o vagabundos o mendigos, como queráis llamarlos? ¿Sabéis porque endurecemos y blindamos nuestros corazones ante su presencia? Porque tenemos miedo de mirarlos y vernos a nosotros mismos. Porque nadie, absolutamente nadie nos asegura que mañana no seremos uno de ellos.

Que creéis ¿que ellos nacieron pensando que acabarían así sus días? ¿Que cuando les preguntaban de niños qué querían ser de mayores ellos decían: «Pobres»?

Detrás de cada uno de ellos hay una historia y una tragedia. Detrás de cada uno de ellos hay una palabra en común: Soledad.

Todos tenemos en la cabeza la mujer quemada viva en aquel cajero de la Caixa por tres hijos de puta. Tres niños de papá en busca de nuevas emociones.

Aquella  mujer era una secretaria de dirección, con sueños, con familia, con futuro. Posiblemente una secretaria de dirección que también pasaba “sin ver” a los pobres que se encontraba por el camino.

Una mala jugada de la vida, una decisión equivocada y…¡se acabó!

Hace tiempo leí una entrevista con un sin-techo y hubo una cosa que me impactó. Todos tenemos la imagen asociada de estas personas a un tetrabrik de vino peleón. Todos asociamos pobre con borracho. Todos pensamos (para nuestro alivio), que ellos han llegado a esta situación a causa de la bebida. 

A este sin techo le preguntaban por qué bebía y ¿sabéis que contestó?

¿Porque le gustaba…?  ¡No!

¿Para no tener frío….? ¡No!

¿Porque le hacía ver la vida de color de rosa…? ¡No!

Esta persona reconoció que necesitaba beber, que necesitaba estar borracho para intentar mitigar el pánico que tenía de estar en la calle.

Para no pensar en todos los peligros que le acechaban. Para no ver a todos los que se le acercaban como enemigos que querían pegarle o matarle.

Necesitaba estar borracho para no morirse de miedo ante una ciudad, ante unos ciudadanos, que no iban a tener la mas mínima compasión con él, porque en el fondo ¿quién era él? ¡Nadie!

Los vapores del alcohol lo volvían valiente e insensible. Los vapores del alcohol le ayudaban a sumergirse en un profundo sueño en donde, quizás, se veía asimismo metido dentro de una confortable cama tapado por un amplio y caliente edredón.

No os pido, como en aquella estúpida campaña publicitaria, que pongáis un pobre en vuestra mesa, pero sí que, como mínimo los miréis. No hay nada más doloroso que la indiferencia.  No paséis por su lado como el que pasa por el lado de una bolsa de basura.

¿Os acordáis de mi primera publicación? La mendiga malhumorada y arisca a la que le cambió totalmente el gesto de la cara cuando le sonreí.

Pero, por supuesto, que la sonrisa vaya acompañada de alguna ayuda. Si no queremos darles directamente a ellos un euro porque….. a saber en qué lo gastaran…. démoslo a Asociaciones que sí sabemos que les van a ayudar.

Una semana más (una semana para mi muy especial), os deseo lo mejor. Abrigaros y dar gracias (a quien queráis) por todo lo que tenemos.

8 comentarios en “Los sin techo…. Mañana tú puedes ser uno de ellos

  • Hay dos clases diferenciadas de mendigos, los profesionales y los necesitados, a los primeros los ves en las mejores calles con mascotas, adoptando posturas serviles y hasta gimanasticas, estos se retiran cuando el frio aprieta y en estas fechas no se ve ni a uno por el Paseo de Gracia, lso segundos los encuentras en cualquier sitio, porque ahora ya no tienen ni cajeros donde resguardarse, cada uno tiene su tragedia y sus motivos, pero antes de juzgar, pensemos que cualquiera de nosotros se podri haber visto como ellos si la desgracia o la fatalidad se hubiera cruzado en nuestro camino

  • Es difícil llegar a la conclusión de porque los "sin techo" se niegan a pasar la noche bajo cubierto, pero nada difícil pensar en los motivos de esa negativa, como por ejemplo que no pueden ir con sus perros que en realidad son sus mejores y más fieles amigos, o temen que si van a esos lugares puedan perder el cajero que les da cobijo a diario. En fin habría que hacer algo más para intentar que las personas no duerman en la calle.
    Como bien dices, Alicia, hoy están ellos pero mañana podemos ser nosotros, nadie estamos exentos de la mala suerte o de tomar un camino equivocado, a mi, personalmente, me cuesta creer que hayan elegido este modo de vivir porque sí, no creo que haya una sola persona en este planeta a la que le guste la calle para dormir.

  • Cuando pasas por delante de estas personas sin techo y girar la cara, tal vez es por vergüenza, por que no se me pegue: "la pobreza", por miedo… Todo son motivos muy humanos, pero creo que tenemos que pensar y ponernos en la piel de estas personas y practicar LA EMPATÍA, de esta forma seremos más humanos y más felices y como bien dices con una simple sonrisa se ilumina el mundo.

    Un beso muy grande y un deseo para este nuevo año: que acaben las diferencias sociales. "UNA UTOPÍA", es un sueño y un deseo, que OJALA SE CUMPLA.

  • Siguen estando en Paseo de Gracia y el perfil ahora es el mismo: chicas (generalmente) jóvenes, con apariencia hippy y, aparentemente deshaciéndose en carantoñas a sus perros. Perros de grandisimo tamaño, tapados con mantas. No me creo nada. ¿Dónde estaban estas personas el año pasado que no era moda?

  • A veces dicen que no quieren ir por si ….."les roban". Quizás para ellos un viejo y medio roto tazón, o una deshilachada bufanda o simplemente una amarillenta foto que les ayude a no sentirse tan solos, son tesoros mas importantes que el cuadro de la mejor firma del mundo. La calle tiene que dar tanto miedo……

  • Hace unos años, caminando por la calle Sepúlveda, me solía "tropezar" con un hombre ebrio, maloliente, andrajoso, siempre amenazante…yo lo consideraba peligroso y siempre procuraba cruzar a la otra acera "por si acaso"…Un día, por casualidad, me enteré de su historia. El era un hombre felizmente casado con una bella mujer que le adoraba y tenían 2 hijas pequeñas que eran su vida. El trabajaba de broker para un banco y ganaba un buen salario. Tenían una casa preciosa en la parte alta de Barcelona y 2 coches no precisamente baratos. La vida le había sonreido, estaba siempre alegre, lo tenía todo…¡y encima era joven!, ¿qué más podía pedir?.

    Un día, los cuatro en uno de sus coches, saliendo para un fin de semana largo de descanso para ir a esquiar, un camión los embiste…mueren todos menos él. Él queda muy grave del accidente pero salva la vida.

    Abatido, no sabe resarcirse del golpe. Se echa a la bebida. Pierde el empleo, malvende todos sus bienes, lo pierde todo en el juego…y termina como yo lo conocí…

    Muchos días recuerdo su historia. Me sirve para darle las gracias a la vida de li afortunadísimo que soy y de exprimir cada segundo…porque el mañana es siempre incierto.

    Gracias, de corazón, amiga Alicia. Ya estoy de vuelta!! (he estado 10 días de "feliz desconexión" a 27 grados…).

  • ¡Que impresión me ha causado tu relato Francesc! El próximo día que te lo cruces, sonríele. Posiblemente te dirá que eres idiota o te lanzará algún exabrupto, pero a lo mejor….. también él te sonríe. ¡No tiene precio! Espero que hayas disfrutado mucho e tu "desconexion". Ya me contarás.Un abrazo calentito.

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