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Llamadme idiota

Llamadme ilusa, soñadora, idealista, optimista, o llamadme directamente idiota, pero pensaba que, al menos, durante unos días, iba a volver la medio normalidad a  nuestras vidas.

Pensaba que los sencillos ciudadanos de a pie, los políticos y los mandatarios, íbamos a centrarnos en prepararnos para una fecha importante (impuesta o no), en la que todos podremos manifestar nuestros pensamientos y nuestros sentimientos.

Pensaba que iba a haber una tregua de acusaciones, descalificaciones e insultos. Pensaba que, como en Fuenteovejuna, íbamos a ir todos a una, dentro de nuestro colectivo ideológico, y el trabajo en equipo y el respeto iba a saltar por encima de los extremismos.

Pensaba que podría volver a poner la televisión, y reencontrarme con programaciones variadas e informativos que me informaran de lo pasaba en TODO el mundo.

Pensaba que podría volver a encender la radio, sin tener que ir  saltando de dial en dial hasta encontrar un poco de música, o unos programas que trataran de todos los temas pero desde la calma y la imparcialidad.

Pensaba que podría volver a escuchar a la gente por la calle hablando de futbol. El otro día me enteré que el Barça  iba ya a 8 puntos del Real Madrid. En otra época, esto hubiera sido todo un acontecimiento.

Pensaba que podría retomar las conversaciones tranquilas con mis amigos, sin temor a que nadie sacara el monotema y alguno se enzarzara en acaloradas discusiones.

Pensaba….. pero no. Nuevamente volvemos a estar con el alma en un puño. Nuevamente caceroladas; nuevamente manifestaciones; nuevamente enfrentamientos; nuevamente divisiones; nuevamente la economía, que se encoge como el caracol que le tocan los cuernos.

No voy a entrar en las últimas decisiones de la justicia. Creo que la clase política que en este momento está privada de libertad física, sabía lo que hacía y a lo que se podía enfrentar. Estoy convencida que sus excelentes abogados les habrán ido informando, día a día, de las consecuencias que podrían tener sus palabras y sus actos y, aun así, han decidido libremente seguir adelante.

Creo que, como en las grandes batallas, el “capitán” tenía que haber ido al frente de su tropa, y haberse arriesgado a ser  el primero en recibir una bala por defender a sus soldados.

Pero también creo que hay muchos sinvergüenzas, ladrones, estafadores y maleantes que siguen tranquilamente haciendo su vida normal en Catalunya, en el resto de España y fuera de ella. ¿Por qué me suena Ginebra….. será por la bebida? Delincuentes que con su libertad, no solo se burlan de la justicia, sino que se ríen de los “pringados” que, por no tener las espaldas tan cubiertas como ellos (vaya usted a saber por quién y por qué),  acaban con sus huesos en un celda de 11 metros cuadrados.

En mi mundo de Alicia en el País de las Maravillas, solo tendrían que existir las cárceles (que no nos olvidemos, pagamos entre todos con nuestros impuestos), para  los que han cometido algún delito de sangre. Todos los que han robado, de una manera o de otra, con guante blanco o con las manos sucias, deberían estar obligados a devolver todo el dinero sustraído, o defraudado más una multa sustanciosa que iría a parar directamente a servicios sociales, y si no lo depositaran, entonces sí, entrarían directamente en la prisión, sin ningún tipo de ventajas ni reducción de las penas hasta que no lo hubieran devuelto todo.

En ese mundo imaginario, las cárceles no tendrían que albergar a nadie por sus tendencias o creencias políticas. Si con ellas hubieran causado algún daño material o económico, que fueran fuertemente sancionados, y si habían puesto en peligro la estabilidad ciudadana, que fueran retirados de la carrera política.

Pero mientras todo esto no pase de una pura ensoñación, yo también me sentiré presa, porque los acontecimientos, provocados por unos y por otros, han invadido violentamente mi vida, privándome de la libertad de sentirme tranquila en una sociedad donde, hasta hace muy poco, intentábamos luchar juntos contra otros terribles enemigos, que siguen ahí, y a los que parece que ya nadie teme.

Libertad para todos los presos injustamente encarcelados.

4 comentarios en “Llamadme idiota

  • No voy a entrar en pensamientos poíticos ni tendencias, no estoy de humor, sólo decir que ya no se trata de colores ni de banderas se trata de justicia y democracia, cualquier persona, sin excepción y siempre sin violéncia, tiene todo el derecho a manifestarse y defender sus ideas. Encarcelar personas basándose en hechos inventados es muy grave. Tenemos ejemplos, muy recientes, de que la justicia española no es igual para todos y digo lo mismo que tu, ¿Por qué me vendrá a la cabeza la palabra Ginebra….? ?

  • Siempre, siempre, siempre lo mismo, últimamente cada día es un sin vivir que no sabes lo que te vas a encontrar, estamos hartos y ya no nos preocupa realmente cosas que antes en estas fechas eran más cotidianas, como que falta poco para la navidad, ya no se hablan de estos temas o del hambre en el mundo, sólo política, política y Catalunya, QUEREMOS PASAR DESAPERCIBIDOS!!!!, que se hable de CATALUNYA, por sus logros, como siempre se ha hecho, ya que somos emprendedores y solidarios.

    Luchemos por conseguirlo. Un beso.

  • Que tu buen humor no te lo quite nadie. Desgraciadamente ningún político, ni los que están dentro de la cárcel ni fuera van a dar un paso por ti. Que nada ni nadie nuble tu cielo azul Logroño.

  • Cuanta razón tienes, qué ganas de que nadie hable ya de Catalunya como sinónimo de problemas y conflictos. Pero ya se sabe… mientras hablas de estos temas, no hablas de otros. Hasta mañana, compañera.

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