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La Fundación Mona, o como deshumanizar a los primates

  El pasado martes, tuve la gran oportunidad (gracias a las gestiones de mi amigo Manuel Andrade, defensor a muerte de esta causa) de conocer, desde dentro, el trabajo de unas personas extraordinarias que se dedican, en cuerpo y alma, a liberar a una serie de primates, de todo el mal que algunos humanos les han causado (circos, zoos, publicidad, cine, caprichos) y, tras mucho trabajo y dedicación, a intentar devolverles las ganas de vivir.  

¡Qué graciosos, parecen personitas!

Millonario francés excéntrico que para deslumbrar a su novia le regala dos cajas: una pequeñita y otra grande. ¡Ay cariño, que alegría, que ilusión, ¿qué será? En la minúscula caja, un anillo de brillantes (de precio indecente) que hace que la novia lance un grito de emoción, y en la otra: ¿Qué hay? ¿Se mueve? ¿Un perrito? ¿Un gatito? (que vulgar, piensa en el fondo)  ¡Mi amor…… un monito! ¡Con la ilusión que me hacía tener uno en casa!

Durante tres años, el monito (arrancado en Mali de los brazos de su madre siendo un bebé) es la atracción de feria de la novia, del millonario, de los amigos y de los familiares. Todos quieren hacerse la foto con él, todos quieren darle de comer a ver como lo hace (come mejor que tú, Jean Paul, ja,ja,ja) y todo son caricias y juegos. Le enseñan a comportarse como un humano y hasta para Navidad, hacen la gracia de ponerle un pequeño esmoquin para entusiasmo  y diversión de las visitas.

El monito es feliz porque se cree que es uno de ellos. Pero, de repente, empieza a manifestar un defecto horrible, espeluznante…¡Crece! Y un día, en vez de dar una voltereta hacia atrás cuando le hacen una broma, sin saber por qué, enseña los dientes….. y otro día, también sin saber por qué, no puede controlar su fuerza y, donde solo quería coger la pelota que estaba detrás de una vitrina, la tira al suelo rompiendo todo lo que había en su interior.  

Y el monito, adorado, querido, besado y toquiteado por todos, acaba en una jaula, que, en principio: “Ya está bien para él.  Se puede mover…..” Pero el monito sigue empeñado en crecer, y la jaula cada vez es más y más pequeña.  

Y el dolor ya no es tanto por no poder moverse, por no poder estirar esos brazos que fácilmente le llegan al suelo, si no por no entender como aquellos humanos “como él” que tanto lo querían, ahora ni siquiera se acerquen a verlo. A veces los escucha y piensa que viene a liberarlo y a vestirlo otra vez de  esmoquin….. ¡pero no!. Solo un hombre aparece una vez al día para dejarle la comida, y ponerle agua y, a veces echarle un cubo de agua para limpiar la sucia jaula.…..¿Por qué? ¿Qué he hecho mal?

Y aquellos humanos, después de algunos años, en un gesto de generosidad sin límites, viendo el enorme gasto que les está generando ese maldito chimpancé, lo envían a un parque público que alberga una colección de «animales exóticos», en donde vivirá enjaulado y en la más absoluta soledad hasta los 24 años. “¿Algún día comí ricas manzanas y sabrosas verduras, o fue un sueño?” piensa mientras aguanta estoicamente la gente que se pasea en el parque delante de su jaula,  lanzándole comida basura y cigarrillos.

Hasta que un día, el ángel de los chimpancés, da la voz de alarma  del estado físico y psíquico de este animal y ahí aparece el equipo de la Fundación Mona.

Me estaría horas contándoos como es la recuperación de un primate en este Centro, pero solo os daré algunos detalles:

El monito de la novia del millonario (que por cierto, se llama Víctor) pasará por estar un tiempo solo, en una jaula grande (al aire libre pero con dormitorio para dormir o guarecerse) donde, de entrada, pueda desentumedecer sus anquilosados huesos, bajo el continuo control y vigilancia de los cuidadores, que en ningún momento lo tocarán. El humano para él tiene que acabar siendo una parte más del entorno. Bastante daño le han causado ya sus “caricias”. Tendrá que aprender a saber quién es, y sobretodo, quién no es.

Cuando ya se encuentre recuperado físicamente, le pondrán delante (con una protección de separación), de una cosa rara, extraña, fea y peluda, que él nunca habrá visto antes, y que le mirará de forma insistente, causándole la mayoría de veces auténtico terror.

 «¿Quién es ese que me mira así, y por qué me hace gestos golpeándose el pecho o enseñándome las enormes encías? ¿Por qué me da tanto miedo? Pero a la vez, ¿por qué siento removerse algo dentro de mi?

Pueden  pasar meses hasta que el monito de la novia del millonario, empiece a darse cuenta  que el peludo sujeto de enfrente y él comienzan a tener un diálogo…. un entendimiento. Pasará tiempo hasta que reconozca, extrañado, que le gustaría estar más cerca de él, y hasta sentir sus dedos de cuero.

El trabajo de todo el equipo es arduo porque, antes de dejarlo ya libremente por todo el recinto con sus compañeros, tendrá que ir conociendo uno a uno a todos los componentes del grupo que se le asigne (no todos le caerán bien, no con todos se comunicará de la misma forma). Con ellos va a vivir para siempre. Un animal “humanizado” no sabría sobrevivir en la selva. Fácilmente un chimpancé puede llegar a vivir 60 años.

Y mientras tanto, los cuidadores serán meros espectadores de la transformación.

Le pregunté a Alba mientras me hacia la inolvidable visita.  

¿Y no necesitan alguno de ellos que los abracéis o los toquéis? y me contestó: “Un roce de uno de su especie vale un millón de veces más que un roce nuestro”

Una vez integrado en su grupo de machos o familiar, pueden trascurrir dos años sin que se hagan caso. Subidos en sus plataformas, o sus atalayas, van observando la vida,hasta que de repente, un día, empiezan a jugar con los demás. Ya es uno más de la manada, ya sabe que es un chimpancé y que serlo, para él, es mucho mejor que ser un humano.

Gracias Pilar, Alba, Olga, Aranxta…. ¡Gracias a todos! Entré en la Fundación Mona todavía con el chip del monito graciosos que, si había suerte, hasta me podría fotografiar con él cogido de la mano, y salí pidiéndoles perdón por ser una humana, y dando gracias de que exista gente como todos los que conviven con ellos día tras día.

Por supuesto, esto es extrapolable a todos los animales (sobretodo los salvajes) que arrancamos de sus hogares y nos empeñamos en convertirnos en sus Dioses salvadores.

Por favor, si podéis, no perdáis la oportunidad, primero de conocer esta Fundación y después de hacerles una visita. Es tan sencillo como meteros en su web http://fundacionmona.org/?gclid=CKW5kJDntM8CFcUp0wodMzoBAQ

Y no dejéis de ver en Youtube todos los vídeos que hay de Fundación Mona.  

Lo siento si esta publicación ha sido más larga de lo normal, pero ¿cómo acortar sentimientos y emociones?

Por cierto…… en la ficha técnica de Víctor, cuentan que cuando abraza a los otros chimpancés espera que sea mutuo, y si no es así, les coge los brazos y se los echa por la cintura para que le abracen.

4 comentarios en “La Fundación Mona, o como deshumanizar a los primates

  • Una vez más nos sorprendes con un escrito, lleno de ternura y amor hacia los animales, en este caso los primates, quizás los grandes olvidados, ya que poca gente se piensa que existen personas que sean capaces de comprar un chimpancé, como animal de compañía, por muy "momos" que parezcan. Suerte que la Fundación Moma puede recuperarlos, por lo que veo, en parte, ya que al parecer no podran volver a su hábitat natural. ¿Alguien puede imaginar, qué ocurriría si fuera al revés? Mejor no pensarlo.

  • Ya me has hablado varias veces de esta fundación ya que tenemos un compañero que es socio, me alegro mucho que al final hayas podido ir a visitarla. Es muy importante el trabajo que se hace por los demás y más si son animales que en este mundo de humanos no pueden valerse por ellos mismos, pero también es importante su difusión para que nosotros nos demos cuenta de que existen estos lugares y que hay personas que luchan contra estas injusticias.

    Espero que Víctor y los demás consigan el objetivo de ser Primates.

    Un relato magnífico y lleno de ternura. Felicidades Alicia y ánimo que te esperamos con los brazos abiertos y con mucho cariño. Yolanda

  • Regreso al Planeta de los Simios es una de las peliculas que mas me ha impactado. ¿Como íbamos a consentir que un mono estuviera por encima de nosotros?????? Gracias por tu estupendo comentario. Un beso

  • Gracias Yolanda, ya se que me esperáis con ganas…… Fue una experiencia fantástica y animo a todo el mundo a que vaya a visitarlos. Van a aprender mucho. Un besito y hasta el martes.

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