info@alicialakatosalonso.com

La alegría del amigo vencedor

La amistad no se fragua con los años. Puedes pasar toda la vida al lado de una persona y jamás considerarla tu amiga, y puedes acabar de conocer a otra y darte cuenta que, en aquel momento, algo acaba de nacer.

A principios del verano pasado, se colocó un día delante de mi mesa en el trabajo y me dijo: “Ya sé que has escrito un libro: quiero uno”.

Yo no lo conocía más que de vista, porque, aunque era de mi empresa, hacía relativamente poco que estábamos todos en el mismo edificio, y a veces ocurre como con los vecinos, que si no coincides en los horarios o en las reuniones de comités/comunidades, pueden pasar meses sin volver a saludar a aquella persona.

A finales de agosto me sorprendió un mail que recibí con este asunto: “Buenos días y un agradecimiento”. Era él que me agradecía los maravillosos momentos que, junto con su esposa, habían pasado leyendo Maià y Capi.

A partir de ahí “descubrí” a Francesc.

Su forma de escribir, de expresarse, de transmitir energía, hacía que cada vez que recibía sus mails, asomara una sonrisa a mis labios y, generalmente, engordara algún kilo por las bellas palabras que me dirigía.

Tenía una gran ilusión en que viniera a la presentación de El Cascabel, precisamente en nuestro trabajo el 16 de diciembre, pero para entonces, una recaída en su enfermedad se lo impidió.

En la época de las prisas, de los mensajes reducidos a signos, de los whatsApps, en donde unos estúpidos emoticonos sustituyen a las palabras que indican tus estados de ánimo, volver a las relaciones “epistolares” es una gozada.

Francesc me iba informando, con toda la frecuencia que sus fuerzas se lo permitían, de cómo se encontraba. Durante los seis meses de lucha, de pruebas, de diagnósticos y de intervenciones, jamás dejó que sus mails pudieran traslucir tristezas, o miedos o pesimismos. Sus escritos eran dignos de encuadernarlos y publicarlos como un maravilloso libro de auto-ayuda.

Pero en su difícil caminar no estaba solo. Detrás de Francesc hay una historia de amor de aquellas que se catalogan como: “De película”.

Un divorcio; un viaje con unos amigos para sacudirse las penas: ¿a Islandia o a Cuba? pues ¡vámonos para Cuba! decidió con poco entusiasmo. Un país que lo enamora, y un regalo que el destino le tenía preparado al doblar la esquina: Una bella, inteligente y extraordinaria doctora, que a través de sus increíbles ojos verdes, lo hechizó.

Un apasionado idilio, alimentado por cientos de cartas atravesando una otra vez mares y océanos; una íntima boda cubana, y ocho años de dura separación obligada por las circunstancias políticas. Ocho años como ocho losas. Ocho años que pudieron soportarse gracias a los viajes esporádicos de Francesc desde España y a unos correos electrónicos que, casi en la clandestinidad, se enviaban con la complicidad de un amigo extranjero (Internet estaba prohibido para los cubanos) Y de vez en cuando, la alegría de sentir sus voces (a 1 euro el minuto). Pero, ¡que mas daba!, necesitaban saber el uno del otro. Necesitaban consuelo para esas dos almas que  sangraban de melancolía.

Tuvo que ser un día lleno luz y de flores como Sant Jordi, el que, a un apesadumbrado Francesc que paseaba mirando con nostalgia  las calles repletas de enamorados cogidos de la mano, le trajera la llamada que tanto tiempo llevaba esperando: Janet emocionada le confirmaba: “Ya me dejan marchar”.

La misma Janet que le ha ayudado, con sus conocimientos y con su infinito amor, a sobrellevar una etapa dura y difícil. Esa clase de etapas que la vida, de vez en cuando, te lanza para poner a prueba tu capacidad de aguante.

Francesc me ha ido siguiendo en todos estos meses y ha estado puntualmente informado de mis presentaciones y novedades, y, sobretodo, ha sido (y espero que así siga, aunque ahora tendrá menos tiempo) un fiel seguidor de mi blog, regalándome sus comentarios y cargándome la autoestima.

El jueves por la mañana cuando volvía al trabajo, después de tomar café, mis compañeras Carol y Olga me dijeron con aire misterioso: “Tienes una sorpresa en la mesa” y cuando entré en mi departamento, vi una nota amarilla que ponía: “Llama a Francesc” y un número, que ya no era exterior, si no que era un número interno de la empresa: el teléfono de un compañero en activo.

Ni que decir tiene la alegría inmensa que me produjo este pequeño papel. A los diez minutos estaba abrazando a un Francesc pletórico, feliz, sonriente y “vencedor”. Había ganado la batalla.

Mi querido amigo, gracias por tu cariño, por tu optimismo, por tu lección de cómo hay que afrontar la vida y por hacerme sentir una persona importante. Un beso enorme para Janet y para ti.

6 comentarios en “La alegría del amigo vencedor

  • Bienvenida a los comentarios del blog Carol. De verdad que es una historia para hacer una novela y con esa fuerza entre los dos, las peores dificultades, se superan. Un besito guapisima.

  • Alicia, cuando te oía hablar de Francesc, alucinaba, cuando iba leyendo sus comentarios en tu blog, me iba dando cuenta, que realmente te ibas quedando corta respecto a ÉL.

    Cuando el otro día traspaso por fin la puerta de administración, nos envolvió a todos con una sonrisa difícil de borrar, ya que ÉL mismo es una pasada, el optimismo que emana con una energía positiva y se le nota muy feliz.

    Todos tendríamos que aprender de ti y buscar siempre el lado positivo de la vida para poder ser feliz y hacer feliz a los que te rodean.

    Muchas felicidades por tu vuelta Francesc no sólo al trabajo sino a la vida, ya que te esperan muchos buenos momentos y esperamos compartir contigo algunos.

    Y a ti Alicia, por tus sentimientos a las personas; cada vez que escribes, sobre todo sobre alguien que quieres, nos haces llorar y nos emocionas.

    Un beso muy grande a los dos.

  • Gracias Yolanda por tu maravilloso comentario. Si yo consigo emocionar con mis escritos, no hago otra cosa que poner en papel las vivencias que adquiero gracias a personas como tú y como Francesc. Un gran beso.

  • Moltes gràcies a tots per tot!.

    Moltes gràcies Carolina per posar la teva llum a la feina, ets una professora que enamora a tothom que t'escolta, sigui en anglès, en castellà o amb aquest català de ses illes que sempre em recorda una tarda d'hora baixa en una cala de Formentor amb una orada al forn i una copa de vi blanc…tant ben descrita per en Vázquez Montalbán.

    Gràcies a tú Yolanda perque ets una lluitadora, m"encanta sempre llegir els teus comentaris tan assenyats. És sempre un plaer trobar-se amb persones com tú perque sempre acabes aprenent alguna cosa nova…ets un exemple de com afrontar la vida. Ets una crack!!

    Y, por supuesto, gracias a tú Alicia por tu magia, porque eres una bomba escribiendo y un bombón de mujer. Como dice tan bien Yolanda todo el mundo debería tener una Ali en su vida. Me haces llorar, reir, sentir…¡vivir!. Gracias Alicia por existir y cruzarte en mi camino.

    Una vez más, gracias a todos…¡por todo!.

  • Muchisimas gracias a tí, por la parte que me toca, y completamente de acuerdo en lo que dices de mis compañeras/amigas. Las dos, cada una en su estilo, son mujeres increibles. Un beso, ¡compañero!

Responder a ALICIA LAKATOS Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *