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¿Dónde están los que ya no están?

La semana que viene se celebra el día de los fieles difuntos, más conocido por: “El día de los muertos”. Una fecha que generalmente pasa sin pena ni gloria, porque todo el protagonismo se lo lleva la víspera: Todos los Santos.

Me da muchísima rabia las familias que solo se acuerdan de ir al cementerio el 1 de noviembre. ¿Y el resto del año? Si crees que allí en el Campo Santo descansa tu ser querido, creo que una sola visita al año es bien pobre, y si no crees… ¿para qué hacer la pantomima ese día de llevar flores, o plantas o  ponerte a limpiar la lápida como un poseso?

Por cierto, el Vaticano va a negar la bendición de “Dios” a todos aquellos difuntos cuyas cenizas vayan a ser esparcidas fuera de los cementerios, o se queden descansando en algún sitio “pagano”. Solo si se paga religiosamente al cementerio de turno, el pobre muerto tendrá el pasaporte a la maravillosa vida eterna.  ¿¿¿????? 

Si hay una pregunta imposible de responder es: ¿Qué hay después de la vida? 

¿Nada? ¿Reencarnación? ¿Llegada al paraíso al lado del Creador?  ¿Un Juez que valorará tus actos en la tierra para abrirte una puerta u otra? ¿Seres queridos que te esperan al final del túnel, mientras la luz y la paz te invaden el alma? (Yo aquí, personalmente, tuve una extraordinaria experiencia con la persona que mas he querido en mi vida, y que me ha ayudado a pensar en ella con una sonrisa, porque sé que está bien).

Hay médiums, y espiritistas que “dicen” ponerse en contacto con las ánimas que vagan en busca de su pase al mas allá, pero, ¿quién ha vuelto de verdad para contarnos qué ocurre cuando se apaga el interruptor de la vida? 


Todos queremos saberlo porque el miedo a lo desconocido no distingue de razas, ni de sexos, ni de categorías sociales, ni de abultadas cuentas corrientes. Ese miedo al final del camino, lo llevamos grabado en nuestro corazón desde el primer llanto.

Cuando está reciente la marcha de un ser al que hemos querido, necesitamos agarrarnos a algo para no volvernos locos. No podemos aceptar la crueldad de pensar que ya nunca más lo volveremos a ver o a abrazar. Para no morirnos de pena, nos imaginamos que en unos años nos reencontraremos, y todo volverá a ser, no como antes, si no mejor, ya sin sufrimientos, sin dolores y sin enfermedades.

Dicen que el tiempo todo lo calma, y los más estúpidos se atreven a confirmar que el tiempo todo lo borra.

Es cierto que con los años se van cerrando las heridas y calmando las angustias (de otra forma sería insoportable vivir), pero jamás se conseguirá borrar los miles de recuerdos que te unen a  quienes han formado parte de lo que eres.

Sin embargo, con el tiempo…. lo que te das cuenta es que ya no tienes tanta necesidad de “volver a estar con quien se fue” porque cada vez, con más intensidad,  notas que está a tu lado. Lo sientes, notas su caricia.

Cuando se quiere tanto a una persona, en el momento que se va, una parte (posiblemente chiquitita) de su alma, se mete dentro de la tuya. Por eso a veces no hace falta que pensemos en ella, ni que la nombremos. Está viviendo con nosotros y compartiendo cada segundo de nuestras vidas.

¿Verdad que nunca nos preguntamos….:  “¿hoy me he acordado de mi madre?, ¿de mi padre?, ¿de mi hermano?, ¿de mi hijo?, ¿de mi amigo……? ¡No hace falta! sabemos que de todo lo que nos pase, ellos van a ser testigos de excepción.

Desde aquí, desde “nuestro” blog, mi eterno recuerdo a todos los que he querido, quiero y querré

Si me permitís, en representación de todos los que se han ido antes que yo, quiero “enviarle” a mi madre un regalo en forma de vídeo con su ópera favorita: Turandot. La maravillosa aria de Nessun Dorma, que hasta el último día, siguió emocionándola.

Que vuestros seres queridos no os abandonen jamás.

8 comentarios en “¿Dónde están los que ya no están?

  • Así es querida amiga, hasta con los difuntos nos permitimos frivolidades. Siempre he creido que los cementeriors son lugares de descanso, silencio e incluso relajación, sí, aunque suene un poco raro, claro que yo hablo de mi cementerio, vamos el de mi pueblito, me encanta!!! Cuando voy al pueblo de vacaciones, siempre lo visito pues allí están unos cuantos de mi familia y me gusta visitarlos, ahora sí, nunca iria el día 1 de noviembre, ese día no me gusta, aunque suene raro este tipo de visita se me antoja muy íntimo y con multitud no hay intimidad.ç
    Por otro lado, no me parece bien que las cenizas que no están en "Tierra Santa" sean poco más que excomulgadas o no se que parida, estoy convencida que a Dios esto no le importa, es un demócrata, importan las personas no los lugares, vamos a dejarlo aquí.
    Muy bonita el Aria de Turandot, seguro que la has emocionado, un buen regalo.

  • Es que el cementerio de Comillas es una autentica Joya. Y totalmente de acuerdo con tu opinión de que a Dios le debe importar un pito donde quiera descansar cada uno. Pero por desgracia hay que averiguar, quien hay detrás del negocio de las Funerarias.

  • En nuestro continuo y perverso aborregamiento, necesitamos que nos indiquen un día incluso para visitar a nuestros difuntos. Ahora también, nos obligan a tenerlos en esos 'almacenes de fiambres', donde exponemos al público los restos de nuestros seres queridos, a los que etiquetamos, e incluso ponemos foto, malo sea que se nos olvide el nombre o su careto.
    En fin, no seré yo quien critique una costumbre que no comparto. Pero la palabra de Dios sólo se la he escuchado a los curas, y me viene un cierto 'olor a muerto' que esa palabra está convenientemente interpretada, si es que alguna vez Dios la dijo.
    Por eso propongo que el día 2 de noviembre celebremos una fiesta pagana, el 'Dia de la vida' (ya puestos a celebrar fiestas absurdas, pues la vida hay que celebrarla todos los días) en el que disfrutemos hasta de la belleza de esas hojas enrojecidas previas a su caída, y del encanto de las palabras de tu blog.
    Por cierto, ¿sabías que los panellets se crearon para llevarlos a las tumbas de los difuntos y que así tuvieran alimento en su largo camino al otro mundo? Un beso.

  • Buenas, desde aquí me uno al recuerdo de las personas que queremos y nos faltan, pero que siempre tendremos en el corazón. Como bien dices no hace falta que tengamos un día de "consumo" en los cementerios para recodarles.

    El camino que seguimos en la vida es el que verdaderamente nos tiene que guiar, acordándonos de los que tenemos al lado. Ya que muchas veces no los valoramos hasta que nos faltan.

    Muchas gracias Francesc por tus palabras de la semana pasada, el lunes cuando me lo dijo Alicia me dio un subidón. Tú si que eres un fuera de serie. Sigue así.

    Impresionante Nessun Dorma, contigo Alicia cada día aprendo un poco más de la música clásica, que nunca he tenido la suerte de degustar. Gracias.

  • Me uno de tu propuesta, ¿donde hay que firmar? Yo creo que Dios, o lo que cada uno quiera creer, esta muy por encima de estas estupideces que lo que esconden es un interés económico. ¿Que hay mas maravilloso que saber que tus cenizas van a estar, no en un lúgubre, frío y tétrico nicho o panteón, si no en el calor de la casa de alguien que te ha querido y te sigue queriendo?
    Gracias por la información "panellistica" no lo sabia. Un beso querido amigo

  • Es cierto; que nunca tengamos que arrepentirnos de no haber dicho aquella palabra a quien queríamos. Y por lo de la música clásica…. no te preocupes, mañana que estamos medio solitas en el trabajo, te voy a poner todo un repertorio, ja,ja,ja. Un besazo, preciosa.

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