¿Qué? ¿Qué tal han ido? Hoy por fin es el ansiado 7 de enero y ¿sabéis qué? que como soy tan rara, yo, que llevo desde el 1 de diciembre deseando que llegue este día, ahora me entra como un poco de….morriña.
Pero no por las celebraciones en sí: ¡Benditas ensaladas y bendito pescadito a la plancha!, si no porque en estos días las calles han dejado un poco atrás su oscuridad y su impersonalidad y se han vestido de fiesta llenándose de luz y de color.
Ya sé que en estas fechas hay muchas, muchísimas palabras vacías y huecas que al cabo de escucharlas una y otra vez te las vas creyendo. Tantos deseos de felicidad, de alegría y de prosperidad, cuando vienen de personas que en otra época del año, seguramente, ni te miran a la cara, al principio te provocan una mueca de desconfianza, pero al final tú también acabas entrando en ese bucle de euforia colectiva que te invita a ir besando, a diestro y siniestro, como si de una novia en plena boda se tratase.
Caras familiares de verlas cada día en la televisión, a las que les lanzas un:
-Igualmente majos
Cuando te desean todo tipo de venturas para el nuevo año.
Y sobretodo me entra una pizquita de nostalgia cuando me acuerdo de la locura del móvil y las redes sociales los dos días claves: Nochebuena y Nochevieja
¿Qué hay muchos mensajes que se repiten? ¡pues sí! ¿Que hay algunos videos que te colapsan el teléfono y la tercera vez que te llega el mismo lo envías directamente a la papelera? ¡pues también! ¿Que hay escritos de esos bonitos que puedes empezar a leerlos con los aperitivos y cuando llegan los turrones todavía los sigues leyendo…? ¡qué te voy a contar!, pero todo lo que te llega es de tu gente. De la gente que decides voluntariamente que esté en tu vida, o al menos en tus contactos.
Por más que todos digamos que el móvil no nos va a condicionar la vida y que no vamos a ser esclavos de él, ¿quien no lo ha mirado de reojo (si ha formado parte de la vajilla en la mesa de Navidad) al notarlo vibrar, o quien, cuando se ha levantado para llevar algún plato a la cocina, o simplemente ir al lavabo, no lo ha cogido (como aquel que no quiere la cosa) y ha comprobado nervioso cuántos mensajes y llamadas tenía retenidas?
Son noches en las que no te puedes sentir solo. Sabes cómo va vestido fulanito, que tiene de primer plato menganito, que le han regalado a zutanito….. Mas allá de la enorme estupidez de ir retransmitiendo nuestra vida, a base de publicar hasta cuando nos cortamos las uñas de los pies, o de enviar miles de fotos, es igual que interesen o no, la cuestión es que vean que hago cosas y que voy a sitios….. en estas fechas, con nuestras imágenes queremos estar al lado de los que, posiblemente, nos gustaría estar, pero no podemos.
¿Quién no se ha imaginado una Nochebuena con todos los amigos? Una mesa con la familia que realmente quieres, no la que por narices tienes que aguantar, y los amigos con los que has compartido todo el año. Esos amigos que te aguantan los lunes y te disfrutan los sábados. Los amigos a los que solo con mirarlos ya saben qué te pasa. ¿A quien no me gustaría acabar afónico de tanto cantar villancicos con esas personas tan afines a ti, con las que te encuentras tan a gusto y que, precisamente, en una de las fechas más importantes del año, tienen prohibido salirse de su clan? Bueno….¡algún año!
De todas maneras, como siempre hemos dicho, el ser vivo en general, necesita su rutina y su caminito. Lo que sería fantástico es poder prolongar este entusiasmo y este compartir emociones a lo largo del año. Que bonito sería encontrarte con un amigo o un conocido y que después de una buena sonrisa te diera un abrazo.
¿Y eso? Le preguntaríamos intentando recordar rápidamente que día era
– Porque sí, porque me alegra verte…..
Somos tan crueles a veces con nosotros mismos que seguro que pensaríamos: Está loco o…..¿qué me querrá pedir?
Desde aquí os envío mi gran abrazo a todos y sí… un poquillo loca sí que estoy y sí… os quiero pedir algo: que sigáis conmigo a lo largo de este 2017.
Natural como la vida misma, el móvil forma ya parte de nuestro día a día es una prolongación de nosotros, una parte más del cuerpo que no podemos dejar atrás, para bien o para mal. Todo es cuestión de no abusar de él, como todo en la vida en exceso es malo.
Me alegro de volver a la bendita rutina de cada día a los hábitos diarios y volver a pensar con ilusión en las próximas fiesta.
Feliz semana para todos!!!
Pues querida amiga…..¡aun quedan unos cuantos días para la próxima fiesta! El calendario esta mal repartido. Propongamos que cada mes tenga dos festivos. ¿A que todos lo votariamos? Un beso y feliz semana
Pués si yo tambien tengo ganas de la rutina, aunque reconozco que, estas fiestas, pese a todo, me molan. ��. Respecto al móvil te doy la razón, pero es que es un aparato que te da tanto!!! Y te une tanto a la gente que está lejos… la tecnología nos proporciona muchas satisfacciones, pero en ocasiones no sabemos poner distancia.
Ahora toca esperar las próximas vacaciones qué ilusión!!!
Te doy toda la razón en cuanto al móvil, aunque en estas fechas se puede justificar porque es una manera de comunicarte o incluso verte con familiares, amigos que están lejos y que de alguna manera puedes tener un poco más cerca en esos momentos.
Y aunque las fiestas están muy bien, ya es hora de que llegue la rutina, al menos por un tiempo.
Seguiremos leyendo tus escritos con mucha ilusión durante todo este nuevo año. Un beso.
¿Qué haría yo sin mis queridas hermanas Conde? Y he de reconocer que el móvil nos ha ayudado a estar muy unidas en momentos en que la distancia era demasiado grande. Gracias por seguir a mi lado. ¡Son tantos años ya…..!