info@alicialakatosalonso.com

Mi sobrino Merlín

Tenía que ser hoy, el día grande en mi querido Logroño, el día de su  patrón, San Mateo, cuando me volvieran a hacer “tia”.

Hace días que ya se estaba preparando su llegada.  Hace días que mi hermana empezaba a tener todas las dudas del mundo: ¿estará bien en casa?, ¿será feliz?, ¿se acostumbrará pronto a vivir conmigo?

Merlín llegó a la Associació Protectora d’Animals de Granollers, hace casi un mes procedente de un lugar tan maravilloso como Sevilla. El niño nos ha saludo andaluz. Pero no vino bailando sevillanas, ni cantando bulerías, ni tomando un rebujito. Vino asustado, temeroso, nervioso y sobretodo, con la infinita tristeza que da la decepción de darse cuenta que, a quien tu habías dedicado, con todo tu amor incondicional tu primer año de vida, abre la puerta del coche, de ese coche donde tantas veces habías subido alegre para ir de paseo, y de un empujón te lanza a la despiadada carretera, confiando, se supone (hay que seguir creyendo en la humanidad), en que algún alma caritativa te recoja, o si no….. ¡mala suerte!

Ese perrito pequeño, gracioso y que parecía un peluche, resultó que no era de peluche, y que había que darle de comer, lavarlo, sacarlo, llevarlo al veterinario…… ¡cuidarlo y dedicarle tu tiempo! “Eso no nos lo habían dicho cuando se lo compramos al niño en Navidad….”.

Pero como yo, pese a todo, sigo creyendo en la gente buena, porque la hay, muchísimo más que mala aunque haga menos ruido, y me gusta juntarme con ella, hace unos meses conocí a unos angelitos que pululan, cubo y escoba en mano, en esta Protectora, limpiando y cuidando con un amor y una dedicación infinita, a todos los “inmigrantes de cuatro patitas” que les están llegando de todas partes de España y naturalmente, también a los oriundos de Catalunya, porque…. ¡haberlos, hailos!

Y ese pequeño andaluz de ojitos color miel, mirada despistada y una enorme ternura, hoy ya tiene por fin, una amita que lo quiera y lo proteja.

La decisión de tenerlo ha sido larga, muy larga, pero hacía falta tiempo para ir curando las heridas que deja la ausencia de quien tanto se ha querido.

A mí me indigna la gente que cuando, “se va” alguna mascota, lo primero que se les ocurre decir es: “Cogerás otra ¿no?”, como si estuvieran hablando de una lavadora que se ha estropeado y se ha tenido que tirar y, naturalmente, urge comprar otra para no dejar toda la ropa sucia en el cesto.

El dolor de la pérdida de un ser querido, no se mitiga sustituyéndolo por otro.

Aunque no sé si aun me indigna todavía más, esa otra frase, dicha como un sabio consejo de…. “Bueno, ahora no cojas otro, y dedícate a ti y así podrás viajar, y salir y……”  Todavía no he visto ningún animal que ate al humano a una cadena y lo tenga encerrado en una habitación (al revés sí) Si un humano no sale, o no viaja o no se va a bailar un tango a una sala de fiestas, es porque no quiere. ¡Basta ya de ponerlos como excusa!

Pero bueno, a mi “sobrino” Merlín le ha llegado ya la hora de empezar a confiar nuevamente en las personas y yo sé, porque la conozco desde que nací, hace muuuuuuchos años, que mi hermana va a ser una “mamá” maravillosa para este sevillano resalao.

Que podamos disfrutarlo todos y que acabemos cantando la Salve Rociera.  

3 comentarios en “Mi sobrino Merlín

Responder a Yolanda Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *