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Afortunadamente… La «clase» no se compra

El día 9 de noviembre me quedé (como medio mundo) pegada al suelo cuando al levantarme y encender la radio sonaba sin cesar un nombre. Fui cambiando de emisora porque estaba segura que lo estaba escuchando mal. “Es muy pronto y todavía estás dormida”, me dije. Pero no, estaba despierta y mis oídos también.

Lo que empezó hace dos años siendo una especie de chiste, una broma de mal gusto, un…”Si hombre, venga, ¡seguro!, ni que estuvieran allí todos locos”, ha acabado siendo, para mucha gente inocente y honrada, una pesadilla.

Ante todo soy demócrata y he de respetar a los miles de votantes que eligieron a ese singular personaje. Lo que siento es que, la gran mayoría de ellos, no lo hicieron porque este candidato valía más si no como castigo a su contrincante. ¿O debía haber dicho “contrincanta”? Como ahora se está poniendo tan de moda (sobretodo en la clase política) meter siempre el femenino pegue o no pegue….. “Compañeros y compañeros, todos y todas, amigos y amigas…….”

No hay nada peor que la soberbia y la prepotencia unida a la vulgaridad. En mi tierra a estas personas “sin clase” se las llama coloquialmente: Mangarranes.

La clase es un don innato que irá con el individuo toda la vida. Una persona demuestra su clase con un simple gesto, con una simple palabra, con un simple silencio.

Una persona con clase llevará un chándal de Primark con la misma elegancia que un vestido de noche de Valentino. La gente con clase no necesita adornos, ni perifollos, ni collares o relojes de precios indecentes.

 Sí que es cierto que hay personas que logran pulirse a base de usar el primitivo instinto de la imitación. En el fondo, todos somos una imitación. Todos aprendemos imitando y repitiendo lo que nos dicen y nos hacen los demás.

Pero los peores mangarranes son los que se creen que tienen esa clase por pertenecer a un  determinado estatus social, o por disponer de una escandalosa cuenta bancaria o una fortuna heredada de los papás. Gracias a Dios, y afortunadamente, la clase (el saber estar, el saber comportarse en la vida) no se consigue tirando de talonario.

¡Qué miedo dan los mangarranes cuando alcanzan el poder! Cuando su ¿¿¿personalidad??? se basa en anular todo lo que han hecho los demás que no piensan como él y en provocar el miedo, la angustia y la indignación.

Cuando solo se crecen y se creen importantes suscitando polémicas y provocaciones. Cuando se enorgullecen convencidos que son los mejores porque revolucionan al mundo con sus demencias.

Mangarranes con poder que pueden comprar esposas maniquís, a las que lucirán en público como el que luce el último coche de alta gama. Esposas maniquís que sonríen ante las cámaras y entristecen cuando se creen fuera de los flashes….

Mangarranes que comprarán amigos y los usarán mientras los puedan utilizar y les laman el culo, y los tirarán a la calle en el momento que no los necesiten.

La clase……..

Yo tenía una tía abuela maravillosa: mi tía Sofía: “La tieta”. Era una mujer de origen modesto que en su juventud, se ganó la vida haciendo sobreros para la alta burguesía catalana de principios del siglo XX.

Era guapa, elegante, con las manos más bonitas que he visto en mi vida y con unos ojos burlones que te miraban siempre con inocencia, sorprendiéndose de todo.

 Tenía el don de saber escuchar y sobretodo de saber callar cuando desconocía los temas de que se hablaban. Era prudente y siempre reconocía, con humildad, sus limitaciones pero siempre estaba dispuesta a aprender.

Por eso todo el mundo la adoraba y buscaba su compañía.

 Tenía muchísimas frases suyas, de esas que cuando las repites siempre pones la coletilla de: “Como decía mi tía Sofía….” Estoy segura que si hubiera llegado a vivir este momento actual y hubiera visto como es el nuevo mandatario de uno de los países más importantes del mundo (no el que más), hubiera dicho con su acento catalán abriendo mucho los ojos: ¡Oh que señor tan terrible!

Un petó querida tieta.

3 comentarios en “Afortunadamente… La «clase» no se compra

  • Muy buen retrato del señor con la tortilla en la cabeza, dueño de edificios "imponentes con su nombre bien grande"… porque necesita compensar la pequeñez y miseria de sus muchas otras cositas.

    Me recuerda a otro personajillo, que castigaba a su obligada audiencia con discursos de record Guinness…porque no había nadie que hubiera escuchado sus sandeces sin estar atado a él de una forma u otra. Dueño de un bellísimo país que confió en él y, a cambio, traicionó a su pueblo con más de 50 años de miseria, engaño y dolor, sintiéndose como si ellos fueran los peones de la finca de su abuelo gallego.

    De todos modos, volviendo al mangarrán, ¿qué podemos esperar de este país que, además de "aquest senyor tan terrible", eligió como presidente a un pésimo actor de películas infumables?

    Un beso, una semana más, querida Alicia!!!

  • A mi me pasó lo mismo, cuando salió elegido ese señor como presidente de la que dicen es la mayor, potencia mundial. No sé para donde vamos en el englobe mundial, ya que todos estamos interconectados y lo que pasa allí repercute aquí, osea a nosotros.

    El dinero manda y ser un buen orador, decir lo que la gente quiere oír, es un punto a favor de estas personas "tan patriotas…" La pena son los que no votan y después se arrepienten, como ha pasado en Inglaterra. Pero bueno, es lo que tenemos y hay que luchar contra el fascismo nos está invadiendo poco a poco, hay que aprender de la historia para no repetirla.

    Seamos coherentes y digamos "NO" a la injusticia y "SI" a las PERSONAS con MAYÚSCULA.

    Gran escrito Alicia un beso muy grande y otro para la tieta.

  • Gracias Yolanda y Francesc por vuestras potentes y realistas opiniones. Hoy me ha alegrado mucho ver que ya le estan plantando cara personas con poder y con mucha mas inteligencia que ellos. Aunque su soberbia le empuja a clasificar de ridiculas las nuevas decisiones que se estan tomando, creo que va a tener que agachar mas de una vez la cabeza. Un beso a los dos y feliz semana.

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